sábado, 27 de julio de 2013

Capítulo 1: Una mala racha

Sangre, se podría decir que ese es libro de mi vida desde hace unos días, y como sinopsis el dolor sería la palabra más adecuada, la verdad es que no tengo queja de mi vida, tengo todo lo que un chico de mi edad podría tener. Tengo tanto dinero como para poder encender la chimenea todos los días con billetes de quinientos dolares, tengo buenos amigos, y una familia que en la medida de lo posible se preocupa por lo menos de que este vivo, pero hace dos semanas se podría decir que comenzó mi bendición y mi calvario, siempre me he basado en la matemáticas y la física para explicarlo todo ya que digamos que mi mente piensa de forma numérica pero lo que ocurrió hace dos semanas soy incapaz de traducirlo a números y formulas coherentes. Aun lo recuerdo como si estuviera ahí, solo tengo que cerrar los ojos para volver al mismo escenario.

Voy en mi porsche, acabo de discutir con mi hermano mayor como de costumbre y tengo que desahogarme, así que simplemente acelero hasta los doscientos, y me siento tan bien, mi corazón late tan rápido y manda tales cantidades de adrenalina a todo mi cuerpo que me hace sentir vivo, tan vivo como nunca me he sentido, respiro hondo y siento como mis pulmones se llenan en décimas de segundos o menos. A mi lado mi mejor amigos Jake que da gritos de felicidad a la vez que abre los brazos de pan en par. Pero entonces ocurre algo que no enraba en nuestro planes, una furgoneta que va también a gran velocidad sale de la calle que estamos apunto de pasar y antes siquiera de que mis reflejos piensen en pisar el freno ya hemos colisionado con la furgoneta. Y aparir de ese momento es todo tan rápido mi cuerpo y el de Jake sale despedidos por el aire, volamos varios metro y aterrizamos sobre el frio asfalto, cuando mi cuerpo cae al suelo siento como cientos de mis huesos se fracturan, siento como el asfalto quema mi piel y la destroza como si fuera mantequilla llegando incluso a pulir el hueso, el dolor es tan grande que ni siquiera puedo gritar de dolor, pero antes de terminar de arrastrarme por el suelo soy capaz de girar la cabeza y cuando veo a Jake, se que el a diferencia de mi murió en el primer golpe, su cabeza tiene clavada un gran trozo de chapa del coche. Cuando al fin dejo de ser arrastrado solo me quedo tirado en el suelo, tengo tanto dolor que ya ni lo noto, lo que si noto es como mi sangre va saliendo de mi cuerpo como un grifo abierto a plena potencia. Poco a poco mis ojos se van cerrando en contra de mi voluntad, dejo de respirar y a los pocos minutos mi corazón se para, pero yo sigo pensando. De repente abro los ojos, todo cuanto veo son luces personas que me rodean de forma agobiante y destellos rojos, azules y blancos. Durante bastante tiempo mi memoria parece haberse borrado, no soy capaz de recordar que ha pasado, solo siento dolor y frio, de una manera exagerada y brutal. Quiero moverme, quiero alejar a toda esa gente de allí, pero cuando parece que soy capaz de tener las fuerzas para hacerlo, un dolor me recorre por dentro y no soy capaz de mantener la consciencia.

Cuando abro los ojos me encuentro y una agobiante sala completamente blanca de muebles blancos, tumbado en una cama de sábanas blancas en donde la bolsa de sangre que esta conectada a mi brazo destaca de una manera absolutamente tétrica, la cabeza me duele como si hubieran reventado una bomba dentro de ella y para mi asombro estoy atado de pies y manos, y junto a mi mi abuelo Petter y mi hermano Liam
  • ¿Donde estoy?- Y si, eso es lo único que soy capaz de vocalizar, pero en cuanto lo hago, Liam y mi abuelo se levantan de golpe como si debajo de los asientos de sus sillas hubiera un resorte y hubieran sido empujados
  • Nethan- dice Liam abrazándome de forma estrangularte a la ves que yo me pregunto que ha pasado solo recuerdo haber cerrado los ojos para abrirlos continuación
  • Hijo.... deja a tu hermano respirar, y vigilare voy a llamar a las enfermeras- Dice mi abuelo dándome un beso en la cabeza
  • ¿Que ha pasado?
  • Pues...
  • ¡Liam!
  • Te chocaste con una furgoneta en la que viajaban cuatro pasajeros más el conductor, solo sobreviviste tu, y llevas dos meses en coma... Lo médicos te dieron muy mal pronostico- En cuanto Liam me dice eso a la cabeza se me viene la imagen de Jake, y cuando comprendo que esta muerto estoces no puedo evitar llorar
  • Entonces Jake- digo llorando
  • No Nate, Jake no ha sobre...- y el pequeño no puede seguir hablándome y solo me abraza, por que aunque Jake no fuera de nuestra familia al morir su padre mi madre le dijo a su madre que se fueran a vivir con ellos y desde eses momento eran uno más


La sala no tarda mucho en llenarse de médicos que les piden a mi abuelo y hermano que se salgan de la habitación y comienzan a hacerme preguntas que respondo con lo primero que se me viene a la cabeza, ahora lo único en lo que puedo pesar es en el hecho de que soy el asesino de mi mejor amigo. Es tan agobiante, me hay enfermeras pinchándome en los brazos, médicos examinándome los ojos,los oídos y escultandome, mientras otros me preguntan, así que me quedo quieto, alejo al que me revisa la vista, despumes al que me revisa el oído y por último al que esculta, me incorporo como mejor puedo y digo
  • Le agradecería un poco de tranquilidad... me duele todo
  • Pero como comprenderás muchacho nosotros solo...
  • Comprendo lo que haya que comprender, pero necesito relajarme- Lo tres médicos se reúnen hablan entre ellos y al rato salen sin decir nada, aunque las dos enfermeras siguen pinchándome, pero supongo que ese sera un mal que deberé de soportar

    Y como diría mi abuelo, paso de Guatemala a wuatepeor, por la puerta entran mis padres, mis cinco hermanos,mis abuelos maternos y paternos, algunos de mis primos y mejores amigos, en otras palabras.
Cuando salgo de mi pensamiento, me doy cuenta que Dolor y sangre son las dos mejores palabras que describen mi vida en estos momentos. Aun soy incapaz de siquiera estar en la misma sala que la madre de Jake sin derrumbarme emocionalmente, y el simple hecho de ducharme se ha convertido en mi pesadilla personal, no es que antes de accidente tuviera un cuerpo de ensueño, pero lo suficientemente bueno como para ser el capitán del equipo de waterpolo, ahora ni siquiera soy capaz de mirar mi propio cuerpo. La forma de lo que es mi pecho y abdominales se mantiene pero la piel es una gran quemadura que llega hasta el cuello, de ahí mi eterna obsesión por llevar bufanda, por suerte mi cara no esta afectada, ademas uno de mis brazos presenta una gran cicatriz que lo recorre desde el hombro hasta la muñeca que fue por donde el hueso atravesó a la carne, aparte de eso alguna que otra cicatriz más y el temor a no poder tocar un volante,puedo ir en la parte de atrás, pero no conducir.

Hoy es el primer día de instituto, y sinceramente estoy deseando llegar, no solo por poder al fin volver a la rutina para internar olvidar todo esto, si no para poder estar con mis amigos en un lugar donde mis padres no tengan cámara de vigilancia. El trayecto se hace más largo de lo que recordaba, aunque la verdad no recuerdo haber ido nunca al instituto en el asiento de atrás así que quizás sea por eso, en cuanto llegamos y el coche se detiene mi corazón comienza a latir muy rápido y no puedo evitar volver a sentir la sensación que sentía cuando iba acelerando, entonces me quedo atrancado, no puedo hablar ni moverme, y cuando estoy apunto de decirle al conductor que arranque, ya que no puedo bajarme, la puerta e abre y por ella se asoma July, sus ojos verdes como siempre contrastan con pelo rojo casi granate, solo le hace falta una mirada para saber que me pasa y antes de que pueda pronunciar palabra me agarra de la muñeca y me saca del coche como si fuera un muñeco de un simple tirón.

Nada más salir del coche ocurre lo que yo más me temía, todo el mundo me mira, algunas miradas son de cariño, de “me alegro de volver a verte” y otras las provenientes de los amigos de Jake son de odio, de “Tenias que haber muerto tu”
  • ¿En serio vas a dejar que esos idiotas te influyan?
  • La verdad es que lo había pensado
  • Mira Nate, si hubieras dejado que la gente te influyera no habrías llegado donde llegaste, eras el chico más popular del instituto
  • Si y tal vez si no hubiera llegado donde llegue ahora mi mejor amigo seguiría vivo y estría entrando con nosotros
  • Eso ya es pasado
  • No para ellos- digo moviendo la cabeza hacía el frente
  • Me da igual, no pienso ir el primer día de nuestro último a clase sola, así que no tienes opción- dice apretando el puño a la vez que sonríe
  • Lo siento July, pero creo que la risa murió en ese accidente por mi


El día pasa más rápido de lo que me espero, y a lo largo de este por todos los lados a los que voy la gente no me quita el ojo de encima, hoy yo soy su atracción personal, aunque sinceramente me esperaba cosas peores. Solo queda una clase para acabar, yo estoy en mi taquilla guardando los libros, y cuando me dispongo a cerrarla ocurren dos cosas a la vez, mi equipo del cual yo soy, o mejor dicho era capitán pasa por mi lado y ninguno de ellos me mira siquiera, mi cabeza va siguiendo su camino esperando a que se giren todos de golpe y todo haya sido una broma, pero cuando al fondo del pasillo veo a Verónica acercándose hacía mi, algo por dentro parece estrujarme el corazón, me inunda un intenso malestar, se me empieza a nublar la vista y no tarda mucho en aparecer las nauseas, quiero salir de ahí, ya que el pasillo ya esta vacío y solo quedamos nosotros dos, pero soy incapaz de dar un paso hacía adelante, y cuando me quiero dar cuenta Verónica, cuyos ojos violetas claros idénticos a los de su hermano Jake me miran directamente, se pare frente a mi. En ese momento mis piernas fallan y me derrumbo sombre si mismo, mientras Verónica se sienta en el suelo frente a mi, yo solo puedo mirar al frente con la mirada perdida, y antes siquiera de que la chica abra la boca me derrumbo psicológicamente, comienzo a llorar y al poco a hablar
  • Yo...yo lo siento, no quería que le pasara nada, te lo juro, yo....yo....tendría que haber sido yo el que hubiera muerto, el se merecía mucho más que yo estar aquí, tenia más cosas por la que luchar... Y ahora yo soy su asesino... ...Lo sien- Pero no me deja terminar Verónica me abraza, me abraza muy fuerte y llora junto a mi
  • No pasa nada Nate, yo, y creo que soy la única que piensa así, sé que no querías que pasara esto, al igual que se que el era como un hermano más. Solo quiero que sepas que para mi tu tiene la misma culpa que él
  • Lo siento, yo... yo no puedo hacer esto, no aun- digo levantándome del suelo y saliendo corriendo en dirección contraria

Ahora mi mente solo puede pensar en él, Jake, el la única palabra que se me viene a la mente, estoy en el baño, solo llorando y tan metido en mi mismo que el fin de las clases acaban en un periodo que para mi han sido segundo. Me levanto y salgo del baño para meterme en los colapsados pasillos en donde andar supone el reto de ir esquivando constantemente a gente, pero yo voy tan sumido en mi mente, que mi cuerpo parece hacer eso por mi, necesito quitarme su nombre de la cabeza y en un lugar donde todo me recuerda a él, es algo que se me hace imposible, así que voy al único lugar en el que por lo menos su recuerdo no será una tortura, a la piscina, yo no me doy cuenta, ni siquiera soy totalmente consciente de lo que hago así que no veo ni a Liam ni a Sussanne, mis dos hermanos pequeños que me llaman, como tampoco veo a Sam ni a Tommy, mi mente ha fichado como único propósito la piscina.

En cuanto entro, mi mente se remonta a cuando nos quedábamos el grupo: Sam, Tommy, July, él y yo para entrenar en diferentes modalidades, le veo correr junto a mi o junto a July, y le veo reírse, y aunque es menos atormentarte que verle volar por los aires con una chapa clavada en el cráneo, sigue siendo demasiado duro, empiezo a andar hacía adelante mientras me voy quitando la ropa. Cuando llego a las escaleras de el tripolino, solo me quedan los pantalones cortos. Comienzo a escalar bajo los gritos de mis hermanos y mis amigos, y haciendo caso omiso a sus voces llego hasta los treinta metros de altura, mi modalidad de salto y que tantas medallas de oro me ha dado en campeonatos que se han celebrado en ese mismo lugar, el único acondicionado en todo la ciudad y alrededores. Abajo la voz de July se suma a los gritos después de que Liam y Sussanne les cuenten que el medico dijo que no podría volver a hacer ese tipo de cosas nunca más, que sus huesos eran débiles y se romperían como se rompe una rama de árbol seca, que el simple hecho de nadar en waterpolo le podría producir graves lesiones, y que el simple hecho de saltar desde diez metros lo mataría.

De lo único que llego a darme cuenta es que sus gritos llaman la atención de la gente, que va entrando en la sala, y justo en el momento antes de saltar me doy cuenta que esa parte esta casi llena, y los gritos pasan de ser de cinco personas a incluirse las voces de múltiples profesores y compañeros de otros años, las voces paran en un momento en el que me hecho para atrás y la gente piensa que ya no voy a saltar, pero tengo muy claro una cosa, saltar desde aquí ahora mismo el lo único que puede hacer que su nombre se me olvide durante unos pocos segundo y liberarme de esta pesada carga, se me ha pasado por la cabeza que tal vez lo único que quiero es matarme, para así dejar las cosas como debieron haber sido en un accidente de tal magnitud, un accidente en el que no debería haber habido ningún superviviente, y a la vez librarse de el peso de las miradas que me culpaban y hacían la carga aun más pesada, librarme de las continuos reproches pero en realidad de lo que quiero librarme es del el dolor de tener las manos manchadas con la sangre de mi hermano, y la única persona que jamas se había apartado de mi lado pasara lo que pasara,librarme del peso de haberle pagado eso matándolo. Doy un paso hacía adelante y salto, empiezo con el salto del ángel, hago cuatro piruetas piruetas y entro en el agua de cabeza, en cuanto entro en el agua, siento alivio en la mente pero dolor en el cuerpo, mucho dolor en el cuerpo, estoy bajo el agua con los ojos abiertos y por fin mi mente esta en blanco, estoy tan relajado que siento como mi cuerpo se hunde y soy incapaz de salir a flote, aunque pensándolo mejor puedo decir que no quiero salir a flote, por desgracia para mi, Sam y Tommy están allí y no se lo piensan dos veces antes de tirarse para sacarme a flote, y cuando están a punto de cogerme me niego, ya que me he tirado yo , y se les ha metido en la cabeza que tengo que salir y seguir vivo, lo haré por mis propios medios. Cundo salgo todos me miran atónitos, pero cuando realmente me miran es cuando ven mi mutilado cuerpo. No me gusta que me miren, y ahora mucho menos, pero me lo tomo como mi penitencia por lo que he hecho.

Salgo lo más rápido que puedo de ese lugar mirando al suelo, por que por fin he logrado no pensar en anda y no quiero que ninguna mirada me lo estropee, aun así según ando la gente se abre para dejarme paso, atónitas mirando mi mutilado cuerpo mientras yo maldigo por mis adentros el hecho de que me hayan sacado de esa piscina. Soy el primero en llegar al coche, después llega Sussanne que se sienta a mi derecha y comienza a regañare, y creerme la escena resulta muy ridícula sabiendo que yo soy el mayor, pero no queda hay, la pequeña comienza a hacer preguntas, preguntas que sin darse cuenta van rasgando mi corazón más de lo que ya esta. Todos creen que saben como me siento, que con hacer preguntas preguntas estúpidas podrán hacerme llegar a una solución emocional, creen que el simple hecho de estar todo el día recordándome el peores momento de mi vida lograran que el dolor se vaya, tal vez quieren hacer que el dolor sea tan cotidiano y normal que no duela, pero lo único que hacen es clavar cada día el puñal un poco más adentro. Al rato entra Liam, y aun siendo el más pequeño de la casa, parece ser el más inteligente y comprensivo, el no me regaña, no habla sobre ese día y sobretodo, nunca pregunta como estoy por que lo sabe con el simple hecho de mirarme a la cara. Nada más entrar en el coche se apega a mi, apoya su cabeza contra mi hombro y la acurruca sobre mi cuello, y sinceramente esa es la única cosa buena del día. Liam tiene 12 años, pero el no aparenta su edad, su físico es de un chico de 14, pero en cuanto a su mente, el no es para nada como yo a su edad, yo a esas edad edad era un tigre con veneno en los dientes , aprovechaba cualquier cosa para subir y sinceramente me daba igual pisotear a la gente siempre que no fueran mis amigos, puedo decir que nunca he pegado ni me he reído de nadie, es más lo he defendido, por el simple hecho de que no soportaría que me lo hicieran a mi, pero siempre he tenido un carácter bastante superior, Liam es totalmente diferente, el aun es un alma pura e inocente, no busca la fama igual que no conoce la envidia, el odio, la crueldad ni ambición, es un encanto una dulcamara, alguien a quien merece la pena conocer y de quien me siento orgulloso de ser su hermano mayor, y el único al que por el momento nadie odia.

Al día siguiente mis padres se empeñan en que no vaya al instituto y antes de que quiera darme cuenta entra por la puerta un hombre al que no conozco de nada y que resulta será mi psicólogo hasta finales de año. En la primera sesión el hombre se sienta frente a mi, su aspecto resulta tetricamente extraño, tiene la cara chupada y pálida, el pelo completamente alborotado y la mirada perdida, grandes ojeras y marcas de pinchazos en el brazo. La primera prueba que me hace es la típica de las figuras de tinta, en donde descubro que según ese señor tengo un trastorno obsesivo compulsivo por la riqueza y donde averiguo que otras dos cosas más, la primera es que ha intentado dárselas de psicólogo y solo ha comprendido mal lo que quiera que mis padres le hayan contado sobre mi, la segunda es que ese hombre posiblemente esta mucho mas trastornado que yo y con bastante probabilidad sea un farsante que solo busca dinero para financiarse las drogas. Me levanto de la silla y el hombre me mira con una cara que sinceramente me obliga a sentarme de nuevo, cuando me quiero dar cuanta estar hurgando en su manda y veo que asoma una aguja, el hombre se levanta y empieza a dar vueltas por la casa, cuando le veo la intención de dar una vuelta sobre mis espaldas, empiezo a comprender para que quiere ese jeringuilla, no se muy bien si es para drogarme y hacer ver a mis padres lo mal que estoy o simplemente quiere raptarme. El hombre da un salto brusco sobre mi y mi reacción es inmediata, agarra la mano de ese hombre con la aguja rozándome la piel del cuello. Es muy fuerte, mucho más de lo que nunca hubiera jurado, tan fuerte que ya casi soy capaz de mantener la aguja alejada de mi cuello y su cobertura comienza a clavarse en este a la par que al hombre se le enciende una sonrisa demoníaca, una sonrisa de esas que solo salen en las películas y que a todo el mundo le perecen demasiado fingidas, pero esta sonrisa no es fingida y algo me dice que encierra más que maldad.

Me temo que soy incapaz de mantener esa aguja alejada de mi cuello, y mucho me temo que ese dolor que siento ahora mismo es el liquido entrando a mi torrente sanguíneo y en cuando todo todo el liquido esta dentro de mi me suelta, y mientras todo cuanto veo comienza a dar vuelas como si el mundo se hubiera vuelto loco y todo girara de un lado a otro, el hombre se mueve por la sala hablando con esa voz maléfica, áspera y ronca, pero aun así una voz que tiene cierto tono hipnotizarte, antes siquiera de que me de cuenta el hombre me arrastra por el suelo como si fuera un animal recién cazado, me sube a su coche de un empellón y me empuja dentro sin que yo tengo fuerzas siquiera para parar el golpe que me doy contra la puerta del otro lado. Solo estoy despierto durante más o menos un trayecto de cinco minutos, después simplemente me duermo pensado que últimamente la sensación de cerrar os ojos para aparecer luego en otro lugar se me empieza a hacer natural.

Cuando despierto, me encuentro en un sitio que estaría sumido en la oscuridad de no ser por una ventana de sótano mal tapiada por la que se filtran algunos rayos de lo que parece ser un sol de atardecer. Me han metido en una jaula en la que apenas puedo moverme, los barrotes de la jaula se me clavan en la espalda en donde tengo una de las heridas que aun que parezca mentira aun no ha sanada, se me han abierto algunas de las heridas del accidente las cuales el medico me dijo que tuvieran cuidado con ellas durante los primeros años después de curarse, lo que hace que este ligeramente bañado en sangre, además me duelen las costillas por lo que algo me dice que me han estado pateando o usando de saco de boxeo, tengo una sed de mil demonios y los efectos de la medicina, para mi suerte aun no se han pasado, por que algo me dice que cuando lo haga, estas heridas que tanto sangran ahora serán un verdadero suplicio. Pero si se piensa que me voy a quedar ahí quietecito hasta que me saquen los oréganos, me rescaten o me cambien por una recompensa lo llevan bien claro, ser el hijo de un militar tiene sus ventajas, entre ellas la defensa personal y la supervivencia al límite, y creo que más limite que esto me va a ser difícil encontrar, aunque ahora mismo mi verdadero problema no es salir de esta jaula ni las heridas, es cuantos tipos ahí fuera de esa puerta que es el única salida del sótano.

Rebusco los bajos de mis pantalones donde encuentro una pequeña cajita que no llega ni al centímetro de grosos y que mi padre no obliga a llevar siempre encima, en cuanto la abro de ella salen una pequeña ganzúa y dos sobres, una cerilla y una aguja e hilo,la verdad es que me fue muy útil para salir de prisión aquel día que me pillaron borracho, solo que ahora no son policías los que están ahí afuera. Siempre he sido bastante malo para soportar el dolor pero me coso como mejor puedo y soportando de manera inhumana ese dolor, y después me tomo uno de los sobres lo que hace que el dolor se apague, no mucho pero que más puedo pedir, y salgo de esa jaula en menos que canta un gallo, rebusco por la habitación en busca de algo que me pueda servir pero lo único útil que encuentro es una botella vacía, y como no se si me puede servir la cojo, me dirijo hacía las escaleras y para mi bendita suerte que al fin me ayuda, esta abierta. Me asomo ligeramente y veo dos cosas un pasillo que se divide en dos y al otro lado una cocina con un tío sentado escuchando la radio, mi mejor opción es la cocina. Si que es cierto que tengo miedo, pero eso no me hacer dudar de mis pasos, al menos esto es algo mejor que el hecho de que tu padre te deje con tu hermano mayor, con el cual te llevas como perros y gatos, en medio de un bosque para que depredas a sobrevivir.

El primer hombre se lleva tal botellazo que cae al suelo como un peso muerto, espero no haberlo matado, pero de haberlo hecho me da igual, ni siquiera me paro a tomarle el pulso, me dirijo a los cajones y cuando los abro me encuentro con buenos cuchillos que parecen estar muy bien afilados, me guardo uno en el zapato me pongo dos más en el cinturón y otros cuatro que cojo con las manos, en cuanto me giro lo veo allí de pie, al parecer se dirigía al sótano, pero supongo que su sonrisa fingida es por el simple hecho de que no esperaba verme allí, da unos pasos hacía adelante y me dice
  • Chico suelta eso... alguien podría salir herido- a la vez que se agacha para comprobar que su compañero sigue vivo, sus ojos ahora usas gafas pero esa sonrisa y cara maléfica sigue siendo la misma que la que me inyecto aquella cosa que fuera lo que fuera me dejo K.O durante un buen rato

Casí al instante se levanta y me mira, pensado que solo ha sido el impulso de un niño tonto y que lo más seguro es que no sepa usa un arma, para su mala suerte, se equivoca y en cuando le veo que va a gritar lanzo un cuchillo que corta su garganta de forma limpia, después me llevo el dedo indice a la boca en señal de silencio, y supongo que es lo último que ve antes de morir ahogado por su propia sangre, el ruido del cuchillo al caer al suelo alerta a una mujer que baja de arriba y en cuando ve el charco del sangre que ha formado mi secuestrador, da un grito, en ese momento se que comienza la acción.
De el piso de arriba bajan dos osos, uno con una escopeta y el otro con las manos vacías de inmediato el de la escopeta me dispara, lo esquivo a duras penas y uso el cuerpo de el hombre al cual le golpee con la pistola de escudo contra el segundo cartucho, en cuando escucho la pistola abrirse para ser cargada tiro al hombre al suelo me pongo de pie y lazo dos cuchillos al aire, uno se clava en el cráneo del de la escopeta, el otro se desvía un poco y solo le hace un corte en la cara al que va con las manos vacías, mi tercer cuchillo va hacia la ventana, la cual se rompe en mil pedazos y por la que yo salgo con de un solo salto. Es casi de noche y el barrio parece uno de esos barrios en el que los tiros y los disturbios son parte de la vida cotidiana por que detrás mía llevo a dos tíos que corren mucho y están a punto de alcanzarme pues mis heridas hacen que mi ritmo de carrera sea altamente bajo.
Y cuando voy a girar siento un gran golpe en mi espalda que me derriva pero por suerte soy lo suficientemente rápido como para no dejar que esa mole caiga encima mía, lo más rápido que puedo me incorporo, saco el cuchillo escondido en mi zapato con una mano y con la otra uno del pantalón y los hinco una, dos, tres cuatro y hasta cinco veces en su vientre, después pongo el mango de un cuchillo apoyado sobre mi pulgar y de un golpe seco le corto el cuello, el otro resulta más difícil solo a simple vista, es esbelto y parece muy radio. Así que aunque sea en desventaja para el por ue yo voy a pelear armado, yo estoy herido, heridas que además están haciendo mella en mi rendimiento, pongo en mi mano izquierda dos cuchillos de forma que hago un cuchillo doble y en la derecha un cuchillo simple, en tres simple movimientos se las apaña para desarmarme, pero no se espera que me agarre de su cuello, haga girar todo mi cuerpo sobre el suyo y me las apañe para engancharme con las piernas a su cuello y con un brusco movimiento de manos rompa su cuello.


Cuando acabo me tengo que tumbar en el suelo por que no puedo más, nunca había matado antes a nadie, y no me consideró ni me considerada un asesino, pero no pensaba que hacer una barbarie como la que acabo de hacer me dejara tan tranquilo, tan bien, que quitara las cargas de estos últimos meses e hiciera que durante un buen rato el nombre de Jake no asomara en mi cabeza, no pensaba que esto me haría sentir bien. Así que ¿se supone que debo de considerarme un asesino, un criminal por sentirme bien matando? o solo me siento bien por que por primera vez en mucho tiempo he conseguí hacer algo por mi mismo, y he utilizado las cosas que mi padre me enseño para quitar del medio a una panda de asesinos, y por que por fin comprendo algo, comprendo lo que mis amigos y familia querían decirme, que la gente que te importa se van de tu vida pero tu tienes que seguir viviendo, sobrevivir a este mundo en honor a ellos y para que su sacrificio no haya sido en vano, para que tus actos sean agradecimiento a todo lo que hicieron por ti y todo lo que te dieron mientras estuvieron vivos, que vale la pena vivir, aunque solo sea por no hacerles de menos y para que se sientan orgullosos de ti, por que estoy muy seguro que si le contara esto a Jake me aplaudiría y diría “ Ahí estamos con dos huevos, que se jodan esos hijos de puta que te intentaron rapta, que sepan quien es mi amigo”